Eran las 3:25 de la tarde de un martes soleado. No ha pasado nada interesante durante el día. ¡Vaya, que raro! siempre tengo algo sobre lo cual gimotear, tomé un baño, me vestí sin precaución, agarré las llaves del auto, cerré la puerta, y como de costumbre observé mi reflejo en el vidrio de la puerta y sin mentir parecía un payaso, estaba muy estresada con tanto trabajo que había tenido durante la semana, me devolví subí de nuevo a mi cuarto, desbaraté todo hasta que al final logré verme bien. Me subí al auto vía a casa de mi abuela, mujer maravillosa y de gran corazón. Arranqué el auto, primer semáforo en rojo, continué, a los tres siguientes, de nuevo en estado irritante. ¡que suerte la mía!. Al observar por la ventana del lado izquierdo mis ojos captaron una hermosa moto, inicié observando sus ruedas, hermosos neumáticos, brillantes rines, freno delantero doble disco, transmisión de seis velocidades y una cilindrada de 599cc, grandiosa Suzuki GSX-R600 color negro brillante, mi mirada pasó por unos zapatos deportivos impecables, siguió recorriendo por unas piernas que portaban unos gemelos fuertes y tonificados, piel gruesa y de tez blanca, seguí por su bermuda color beige, después su camiseta color naranja, creí que mi día no podía haber seguido peor, pero como notan todo es posible. Cambio de color, por fin verde, continué la ruta hasta llegar a su hermoso hogar, un lugar cálido, con ambiente agradable y tranquilo. Creo que cuando ella parta de este mundo cruel, viviré allí, realmente me encanta. Abrió la puerta seguí hasta la sala, ella me esperaba ansiosa por contarme una de las muchas porciones de su grandiosa vida. Tenía preparado un suave y cremoso chocolate con un aroma canelizado y recién preparado, con un ponqué hecho con sus propias manos. Mi abuela es genial.cada momento, todo era hermoso, creía haber encontrado el amor de su vida. Ésto ocurrió a sus 23 años de edad. Ella decía que era un hombre caballeroso, atento, cariñoso y con virtudes, el cual era el mas guapo para ella que hasta
Nos sentamos, ella
en su particular sillón grande y con poderío, yo enfrente sentada como una niña ansiosa esperando un regalo. En esta ocasión compartió la experiencia de su primer amor. Decía que estaba muy
ilusionada, llegado al caso de que se sentía la mujer más afortunada del mundo, en su cuerpo habían emociones y cosas en su estómago que jamás había sentido, algo nuevo y hermoso, un sentimiento
jamás imaginado por ella,. Su rostro irradiaba alegría a el punto en que no creía el hecho de que fueran novios. Pasaron momentos únicos, sus cosas en común eran muchas, compartieron muchas
cosas y el tiempo que pasaban se hacían cada vez más corto, llegado que ya un día no era suficiente para charlar y pasar buenos momentos. Casi todos los días se veían, y esto ya se convertía en
rutina. Pasaron dos años y ya no era lo mismo pero aun así se querían, pero…¿Y la chispa que en un principio era inagotable?, ¿y esos insectos volantes en su estómago?, ¿esa cara de idiota
plasmada en su rostro todos los días? ¿dónde habían quedado?. Ya no era lo mismo. Tomaron la decisión de hacer ciertos cambios para intentar recrear esos sentimientos. Decidieron hacer un viaje,
cada uno por su parte, esto con el fin de despejar la mente y tomarse un tiempo disfrutando cada uno las bellezas que como ya se imaginarán ofrece un viaje, bellos paisajes y lugares estupendos, para cuando llegara el momento de
reencontrarse todo volviera a ser como antes.
Este viaje tuvo la duración de 2 meses. Llegado el día, ella fue al aeropuerto como se había planeado, ansiosamente lo esperó durante dos horas pero nunca llegó. Intentó comunicarse con él, pero fue en vano, nunca respondió. Pasó mucho tiempo hasta que la familia de él le confesó que en su vida ya había otra mujer. Ella estaba desconcertada, esta noticia le había afectado como nunca antes nada lo había hecho. Fue tanto el impacto que intentó acabar con su vida, cayó en una terrible depresión durante mucho tiempo, pero al pasar del tiempo todo iba tornando de nuevo su lugar. Todo esto me lo contó con una mirada perdida, estaba reviviendo todo lo que en ese entonces había vivido, de seguro no fue nada fácil. Logró someterme en la historia, también la viví, hasta logró hacerme recordar momentos en mi vida.
Ya terminada la historia y mi chocolate, me dirigí hacia mi casa. Al siguiente día tenía que trabajar, me levanté muy temprano para iniciar con buenas energías y buena actitud el día. En el camino al trabajo me encontré una muchacha desolada e inundada en un mar de lágrimas, no pude evitar acercarme y hablarle, me dirigí hacia ella y le pregunté qué era lo que le ocurría, su razón de llanto era la ruptura con su novio el cual la había dejado por otra que si le diera lo que ella no, que ya se había aburrido de ella. Diferente historia, mismo caso ¿no?. La consolé y la acompañé durante un buen rato, y continué ruta hacia mi trabajo.
Todos los días vemos infinitud de mundos a nuestro alrededor, cada persona con distintas pero parecidas situaciones, comparten muchas cosas, pero cada quien con su historia personal. Cada quien vive su mundo, vive su historia, pero si tomáramos una muestra en una localidad de las distintas historias de cada individuo, nos encontraríamos con historias únicas, pero si las examináramos bien podríamos clasificarlas por causa o razón y daríamos conclusiones más igualitarias.
Recuerdo una de las historias narradas por mi abuela, esta fue de la típica amiga carcomida por la envidia y la falta de personalidad, siempre aparentando estar feliz por sus logros, pero por dentro ella deseaba tener todo lo que ella tenía. Cuando se daba la oportunidad de hacerla quedar mal de algún modo no dudaba en hacerlo, de modo que ella no quedara involucrada en ello, siempre haciendo lo posible por arruinarle la vida, era tanta la envidia que le tenía que no la dejaba vivir su vida. Hablaba de cosas que se prometieron nunca salir de sus bocas, ya que eran de sus vidas personales, pero a ella no le importó, todos sus secretos iban de boca en boca, hasta que llegó el día en que todo salió a la luz y tarde se enteró de la clase de amiga con la que ella creía que era incondicional.
En el transcurso de la vida uno se va encontrando variedad de personas, todas diferentes, nunca se sabe con qué tipo de persona hablamos ni convivimos, algo que siempre he dicho es lo siguiente: “nunca llegaremos a conocer a una persona en su totalidad, así convivamos con ella toda una vida, siempre habrán actitudes y hechos inesperados”. También en una parte de la Biblia dice: “maldito sea el hombre que confía en el hombre”, y ésto no es en vano, si vemos nuestra realidad a veces depositamos nuestra confianza en personas que nunca creímos nos llegara a traicionar o quedar mal de algún modo; pero la vida nos da sorpresas y experiencias de las cuales aprender.
Las grandiosas historias contadas por mi abuela son muy particulares, vemos que aún así pasen los años se vuelven a repetir, no del mismo modo pero si en su esencia. Es raro decir que todo se vuelve a repetir una y otra vez, pero así es, esto es la vida, un círculo plano.